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La Talavera, una Hermosa Tradición Poblana

La Talavera, una Hermosa Tradición Poblana

Puebla representa la ciudad colonial más grande del país, es conocida por su esplendoroso centro histórico, pero además a nivel mundial es reconocida por su hermosa tradición de producción de cerámica de Talavera y en este artículo conocerás todo sobre esta artesanía mexicana.

La talavera es un tipo de cerámica mayólica que surge desde el siglo XVI. La Mayólica, es el nombre que se le da desde el renacimiento a un tipo de decoración cerámica sobre loza, con un esmalte de plomo opacificado con estaño y que posteriormente se decora con los diversos motivos con óxidos sobre la anterior base.

 

En puebla la producción de este tipo de cerámica se volvió una representativa tradición que se acuñó con el nombre de talavera poblana, diferenciándola así de las talaveras españolas.

Volviéndose una  mezcla de técnicas cerámicas chinas, italianas, españolas e indígenas.

 

Historia

Todo comenzó cuando en 1550 un pequeño grupo de artesanos provenientes de los talleres de Talavera de la Reina, Sevilla y Génova se establecieron en la Nueva España, exactamente en Puebla, y comenzaron a producir la loza estannífera, la popular talavera.

Fue entonces cuando estos artesanos españoles aprovecharon el conocimiento prehispánico que tenían los pueblos indígenas en el manejo de las arcillas, comenzaron a incorporarlo en sus talleres junto con el propio personal europeo e incluso con esclavos negros y  así nació un producto original denominado talavera poblana.

A partir de la época colonial en Puebla, la cerámica se dijo ser la de mayor antigüedad y la más difundida.

Para 1620, los talleres iniciados por un puñado de españoles ya habían pasado a sus hijos o aprendices, generalmente criollos y mestizos, por lo que en esa época hubo una generación de maestros mexicanos que crearon su propio estil.

Ya a finales del siglo XVI y mediados del XVII, el número de alfareros y talleres se mantuvo al alza, cada uno creando sus propios diseños y técnicas.

En 1653, se crearon las primeras ordenanzas. Puesto que el gobierno virreinal decidió regular la industria con gremios y estándares.  prácticamente se busco regular:

Quienes podían llamarse artesanos

La categoría de producto de calidad

Normas de decoración.

Con estas regulaciones se logro una homologación y un considerable  incremento de la calidad.

Otras de las reglas establecidas por las ordenanzas fueron:

Uso del azul cobalto en las piezas más finas

Firma para evitar las falsificaciones

Creación de niveles de calidad, (fina, semi-fina y uso diario)

Inspecciones anuales por parte de maestros alfareros.

Después de estos estándares, los artesanos poblanos buscaban elaborar piezas más ricas que las traídas de España, y empezaron a crear loza con el azul cobalto abultado. Aplicando cobalto y estaño, lograron la textura lo que implicaba una ostentación extrema, no sólo por el barroquismo de las piezas, sino por el uso exagerado de esos minerales creo una hermosa y tradicional talavera poblana.

De 1650 a 1750 la Talavera tuvo auge y esplendor porque se comenzó a difundirse por otros territorios:

Nueva España, Guatemala, Cuba, Santo Domingo, Venezuela

Las luchas de independencia de las colonias, la desaparición del comercio entre ellas y la continua importación de loza y porcelana inglesas contribuyeron al cierre de los talleres por no poder competir en precio.

En 1897, un catalán de nombre Enrique Luis Ventosa llegó a Puebla. Quedando fascinado por la historia de la talavera y como expresión del arte mexicano. Estudió el proceso original y lo combinó con sus conocimientos del arte español contemporáneo. Publicó artículos y poemas acerca de aquella tradición y trabajo en la decoración de las  piezas de cerámica.

La talavera pasó por un periodo difícil al final del siglo XX debido a la competencia de cerámica proveniente de otros estados de la República,  las importaciones baratas y la falta de diseños imaginativos y modernos.

Sin embargo en los últimos veinte años se produce un resurgimiento con la aparición de nuevos talleres aunque la mayoría con un sentido de empresa moderna.

Pero afortunadamente aun existen las fábricas de Guevara, de Padierna, de la Reyna y de Uriarte. Esta última fue adquirida hace diez años por un grupo inversionista que le ha dado una nueva proyección y hoy fabrica tanto los viejos modelos que les dieron fama como nuevas formas e interpretaciones.

 

A principios de la última década del siglo XX, los talleres de La talavera de la Reina comenzaron a revitalizar el arte de la talavera invitando a artistas para trabajar con sus artesanos con el fin de crear nuevas piezas y nuevos diseños decorativos. Entre esos artistas estaban Juan Soriano, Vicente Rojo Almazán, Javier Marín, Gustavo Pérez, Magli Lara y Francisco Toledo. Estos artistas no cambiaron el proceso de fabricación, pero añadieron a los diseños, formas humanas, animales, e imágenes tradicionales de flores.

En la actualidad esta esplendorosa talavera da trabajo a 250 empleados, además de mantener un mercado de exportación con:

Estados Unidos, Canadá, Suramérica, Europa, Orígenes

El origen de estas lozas se dice que se sitúa en China. Porque posteriormente las técnicas y diseños chinos fueron llevados a la península de ibérica por alfareros de la España musulmana a finales del siglo XII.

Después de ahí, se extendió al resto de Europa, con el nombre de mayólicas. Podías encontrarla en los diversos centros españoles de industria cerámica pero se hizo especialmente popular el de Talavera de la Reina Toledo que junto con Sevilla acapararon las exportaciones de loza al Nuevo Mundo.

En México las familias de altos recursos aspiraban a tener una vajilla de porcelana o de loza fina europea, pero el viaje de ida y vuelta al Viejo Continente era muy largo, y solía pasar que las piezas se quebraran por lo que se necesitaban conseguir otras.

La historiadora Emma Yanes Rizo comenta en sus investigaciones que esa fragilidad de la cerámica permitió el desarrollo de la producción de talavera en México, porque salía más barato hacer un plato nuevo localmente que traerlo de fuera y eso permitió la generación de la industria.

Ya una vez que comenzó la industria en México se incorporaron ulteriores influencias chinas e italianas a medida que evolucionaban en España, así como la formación de gremios con el fin de regular la calidad.

 

La originalidad en los diseños de la talavera poblana se debió a que en un solo taller novohispano en la Angelópolis trabajaban maestros de Talavera de la Reina y de Sevilla, e incluso de Génova. Por lo que esta combinación provocó una fusión de técnicas y el surgimiento de una producción original y distinta de la europea.

La talavera se utilizó:

Vajillas

Contenedores para los hospitales

Traslado del vino y el pulque

También se aplicó en los azulejos, primero dentro de los inmuebles, por ejemplo en cocinas, fuentes y altares, y después, principalmente en el siglo XVIII, en las fachadas de casas e iglesias.

En la actualidad la talavera original sólo puede provenir de Puebla, porque los suelos dan los minerales precisos para su mezcla y elaboración sin embargo, es una técnica que se ha difundido a lo largo de todo el país.

Fachada de Nuestra señora de Guadalupe

Uso y tradiciones

La talavera se emplea principalmente para utensilios de uso común tales como platos, jarrones,  floreros, lavamanos, artículos religiosos y figuras decorativas.

Sin embargo al paso del tiempo, el concepto de vajilla cambió, puesto que en el siglo XVI el servicio de la mesa era muy elemental y prácticamente consistía:

Escudilla, Especie de plato sopero, Plato un poco extendido, Especiero, Fuente al centro

Con el tiempo ya en el siglo XVIII esto se transformó haciéndose mucho mas compleja la producción del plato, platito, platón, taza, tacita etc., lo que propició que en ese siglo se alcanzara un auge y gusto entre la sociedad con mayores recursos en la Nueva España sobre la talavera.

Hablando del uso en la arquitectura religiosa y  posteriormente en la  civil,  esta fue con fines decorativos. Ya con el tiempo, se fueron utilizando en superficies de mayor tamaño hasta llegar al máximo en el siglo XVIII cuando su empleo se generalizó y se combinó con azulejos y ladrillos llegando a cubrir fachadas completas.

Lo más interesante es que se fue jugando con diferentes medidas y formas geométricas lo cual creo diseños de gran originalidad.

 

Talavera 13En las casas podías admirar adornos de talavera en:

Pisos, Patios, Escaleras, Fuentes, Marcos de puertas y ventanas.

Muchas de las fachadas del centro histórico de Puebla están decoradas con estos azulejos, así como fuentes, patios, iglesias y otros edificios que juntos constituyen parte importante de la arquitectura barroca poblana.

 

El empleo de azulejos era una demostración del estatus económico familiar o de la iglesia. Esto condujo a un dicho que dice:

«No aspirar a construir una casa de azulejos equivale a no aspirar a mucho en la vida.»

La Cocina Poblana

La cocina poblana es uno de las tradiciones que se embellecen con la talavera decorando desde los azulejos en los muros, tarjas hasta los platos y otros utensilios de cocina.


Constituye un estilo propio de la decoración en las antiguas cocinas mexicanas como un diseño que incorporaba el emblema de la orden religiosa.


La talavera en la Ciudad de México

Talavera 19También en la Ciudad de México se hicieron varias decoraciones con el uso de la Talavera, dejando una marca en el diseño e historia de esos lugares ostentando unas hermosas cúpulas revestidas de azulejos.

La Iglesia de la Encarnación

La Virgen del valcanera

Sin embargo el sitio más famoso del uso de la talavera en la capital es peculiar Casa de los Azulejos, es un  palacio del siglo XVIII edificado por el Conde del Valle de Orizaba. Lo que hace a este palacio único en la Ciudad  ya que u fachada en todas sus caras está completamente revestida de azulejos azules y blancos, exorbitante para la época de su construcción.